
Por su parte, los responsables de las empresas Reby, Cristina Castillo, y Bird, Javier Aparicio, coincidieron en que Tarragona es un modelo con el sistema de implantación de este tipo de vehículos no contaminantes. "Esperamos que nuestra implantación en la ciudad sirva para hacer este cambio en la movilidad, buscando esa pacificación en la circulación", explicó Castillo. Una afirmación compartida por Javier Aparicio, quien ha añadido que "estamos muy contentos de estar en Tarragona. Bird es una empresa pionera que busca un doble objetivo: reducir el tráfico y reducir la contaminación. Por eso agradecemos esta apuesta por el cambio de modelo de ciudad ".
Las dos empresas son punteras en el mercado de alquiler de patinetes eléctricos y contamos con precios asequibles para los usuarios. Según la nueva ordenanza publicada, los patinetes no se podrán dejar aparcados ni en árboles, ni en bancos, ni semáforos. El régimen sancionador consiste en multas que van de los 100 a los 3.000 euros, en función de la gravedad de la infracción. Cristina Castillo, de Reby, añadió que el sistema con el que cuenta su empresa permite controlar que los usuarios no dejen los patinetes fuera de los aparcamientos habilitados.
El Ayuntamiento de Tarragona tramitó hace unos meses la modificación de la Ordenanza general de convivencia y uso de los espacios públicos para que la normativa municipal se había quedado insuficiente para regular este tipo de vehículos. Los ejes principales de la nueva ordenanza son la reducción del límite genérico de velocidad máxima en las vías urbanas de la ciudad a 30 km / h y la introducción de una regulación de los vehículos de movilidad personal.
Fuente: Ayuntamiento de Tarragona